lunes, 25 de febrero de 2019

MAESTRA UNA VOCACIÓN: DESDE LOS OJOS DE GRANDES MAESTROS. @laclasedeelena


Cuando conocí en Instagram a Elena de @laclasedeelena  sentí un flechazo educativo que más tarde al seguirla, conocer su trabajo, su ilusión, sus ganas, su vocación y aprender tantísimo de ella se convirtieron en una admiración ya no solo profesional, también personal.
Nos unen en la lejanía varias circunstancias, además de "Ser mi tocaya" como cariñosamente la llamo en las redes, tenemos otras coincidencias personales, una de ellas ser Leo las dos y cumplir años en el mes de agosto. 
Elena es una maestra con vocación, pasión y amor por su trabajo. Sus casi 15.000 seguidores en Instagram la convierten en una gran influencers educativa, pero no por sus seguidores, ni sus followers. Sino por su profesionalidad, su creatividad, su atención a todos contestando personalmente cualquier inquietud y tendiendo siempre una mano amiga.

Tocaya, compi, amiga, gracias por querer estar en este pequeño rinconcito de mi blog aportando tu granito de arena a Maestra una vocación.
Gracias y siempre gracias.
De Elena a Elena.
Un besazo.
Espero que disfrutéis de su lectura detenidamente, porque además, ciertos párrafos solo serán comprendidos en primera persona, por los maestros de nuestro querido Infantil.


"LA  SONRISA  DE  UNA  MAESTRA"


Elena  Ruiz Fabregat
@laclasedeelena

Cuando Elena, me pidió que escribiera algo para su blog...pensé: “¡fácil! en un par de días le mando algo”... después un familiar, como un padre para mi, nos dejó después de sufrir y luchar contra una rara enfermedad, de la que ojalá encuentren cura. Egoísta y sinceramente, pocas ganas me quedaban de escribir, pocas ganas tenía de sentarme enfrente del ordenador y decir lo maravilloso y bonito que es todo, porque a veces (solo a veces)...no lo es.

Entonces después de unos días alejada del cole, de mis niños/as (porque si, tengas o no tengas hijos/as propios, los peques que te reciben en tu aula, los concibes y nombras como “tuyos”) triste, desmotivada y casi enfadada con todo el mundo...entré y comenzó el ritual de:

quitar chaquetas (“¡gracias seño!”) sonríes, investigar a quien pertenecían unos guantes de Minions que habían por el suelo (“miiiioos!!!! nooo!!!! son de.... siii!!! son mios!) sonríes, de explicarle a una mamá que su hija no puede entrar con un batido de chocolate abierto todos los días (si un mes tiene 30 días, ya se lo has dicho 29, te despides de la mamá, coges el batido lo dejas en una leja, miras a la niña y le sonríes) , de que un niño llorara porque su mamá se había ido (¡en febrero!) le abrazas y sonríes, de que otro necesitara ayuda para quitarse una cremallera que lleva rota desde hace meses (mientras le tranquilizas y le dices que no pasa nada, porque la seño le ayuda, sonríes), mientras otra sin darte cuenta te abraza por detrás una pierna (le respondes con el brazo que te queda libre, acariciándole la cara y le sonríes) y ves a lo lejos otra que intenta limpiarse la cara frente a un espejo (que ya trae sucia de casa un día más, a las 9:00, busca tu mirada y le sonríes), y cuando terminas de quitarle al mismo niño de siempre la braga del cuello, despacio, para que no se agobie mientras le dices lo que te encantan sus zapatillas para distraerlo (saca su carita entre agobiado y agradecido y le sonríes).
Y de momento, justo ahí una niña repite la frase que llevas diciendo tú todo el curso, con la misma energía que has intentado transmitirles tú todos estos meses atrás: “¡seño! nos damos los buenos días para empezar el día con alegría?” y mientras asientes con la cabeza y todos se dirigen a la asamblea, vuelves a sonreír.
Y ahí, se para todo, te das cuenta de que ellos/as han sido capaces en 30 minutos de sacarte más sonrisas de las que ha sido capaz nadie durante días. Te das cuenta de esa inocencia, de sus miradas, de esos abrazos, con sus lloros, con sus palabras atropelladas que intentas juntar para entenderles, con sus ojos llenos de ganas...¿Y que haces? al menos, que siento que debo hacer, responderles igual. Parar, respirar, mirarles y seguir.
Entendí hace mucho tiempo, cuando nos juntábamos los domingos para tomar café mis amigas/os y yo, lo afortunada que era. Mientras ellas/os se quejaban de que al día siguiente había que trabajar, que no tenían ganas y comenzaban a quejarse de las cosas que se iban a encontrar, yo solo encontraba en mí: ganas, motivación, alegría y amor por mi trabajo.
Pero es que, mirad lo agradecidas/os que tenemos que estar, que aún hoy, 9 años después de mi primer cole, mi primera clase y mis primeros comienzos en todo, aún mi profesión, ser maestra de infantil, me da alegrías y lecciones como la de esta semana. Llegas a clase con la mejor de tus intenciones, dispuesta a innovar, a verles sonreír, a guiarles, a entenderles y a aprender de ellos/as.
Y justo cuando más lo necesitas, cuando crees que todo está mal, que no tiene sentido y que creías que podías haberlo hecho mejor, te devuelven todo lo que les has dado y se cura. Queridos compañeros/as de profesión, si eso no es vocación...no se me ocurren muchas más maneras de explicarlo.
Gracias Elena, por hacerme parar, reflexionar y volver a darme cuenta lo afortunadas/os que somos.


Elena  Ruiz Fabregat
@laclasedeelena

- Diplomada en Educación Infantil.
- Preliminary English test (PET) por la Universidad de Cambridge.
- Acreditación de competencia linguística en inlés B1 por la conselleria de Educación.
- Actualmente trabaja como maestra de Educación Infantil en un CEIP de Orihuela (Alicante).

INSTAGRAM: https://www.instagram.com/laclasede_elena/?hl=es

YOUTUBE: https://www.youtube.com/watch?v=zNEf3nsYIwU&feature=youtu.be

2 comentarios:

  1. Totalmente identificada!!! Me ha encantado leerte, sigue siempre con esa sonrisa e ilusión. La verdad es que las profes de infantil lo damos todo y más, o por lo menos lo intentamos y yo lo creo asi... porque una vez que entramos en nuestra clase los niños te hacen olvidarte de todo y a pesar de sus peleas, momentos malos... sus abrazos, sus te quiero profe, sus caritas de emoción y su inocencia son lo mejor del mundo. Los hombres y mujeres del futuro están en nuestras manos!! Un besazo!!!

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